Mucho se ha
hablado de los médicos en primera fila. Pero los
periodistas viven su propia realidad también en primera fila en la
cobertura informativa de la pandemia.
Este importante
tema formó parte de la Conferencia “Comunicación e información en tiempos de
pandemia”. Este evento lo organizó la Escuela Profesional de Ciencias de la
Comunicación de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán, Huánuco, Perú. Allí,
tuve el honor de presentar la ponencia “Perfil del periodista post pandemia”.
Siempre, una
pregunta obligada surge al plantear el tema ¿A qué se enfrentan los periodistas durante la pandemia?
Profesionales de
la comunicación afrontan despidos masivos, reducción de salarios, contagios
durante la cobertura de la crisis sanitaria e incluso la muerte.
Adicional a ello,
los sobrevivientes del coronavirus o quienes aún no se contagian sufren en el
día a día otra realidad: la dificultad para acceder a las fuentes informativas
en cuarentena y la desinformación que esto genera en la audiencia.
Según la organización
no gubernamental Press Emblem Campaign o Campaña Emblema de Prensa (PEC): las Cifras
de periodistas fallecidos entre marzo y agosto de 2020 son las siguientes:
- 366 periodistas han muerto en 47 países
- 205 han fallecido
en América Latina
- 82 han perdido la
batalla frente al COVID-19 en Perú
- 40 Ecuador
- 36 India
- 31 Bangladesh
Estos indicadores
dejan al descubierto que Perú es el país con la más alta tasa de decesos de
comunicadores durante la pandemia.
En tanto, la
Asociación Nacional de Periodistas y la ONG Press Emblem Campaign dan cuenta de
otro drama en el mundo de las comunicaciones:
- Cerca de 1000
despidos de periodistas se han
producido en América Latina
- Más de 400 profesionales
de la comunicación han sido cesados en Perú
- 10 medios han
cerrado sus puertas en este país
Esta lamentable
situación ha generado que más del 80 % de los periodistas se dediquen a ofrecer sus servicios de forma
independiente. Así que muchos carecen de seguro médico, no cotizan en el
sistema de pensiones, tampoco gozan de beneficios laborales y no hay quién vele
por su seguridad durante las coberturas informativas. Peor aún, no reciben el
verdadero valor económico por sus honorarios profesionales.
Preocupante contexto del periodista
Un recuento que
levantó la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) nos arroja este preocupante
contexto:
- Publimetro
anunció su cierre definitivo y el diario deportivo El Bocón dio por terminada
su edición impresa.
- El Grupo La
República, con sus periódicos El Popular, La República y otros productos, despidió
a más de 60 trabajadores.
- El Grupo El
Comercio, con sus diarios Trome, El Comercio, Perú21, Gestión, Correo y otros,
aplicó una reducción de sueldos de 30 % durante mayo, junio y julio, para luego
ordenar una reducción de personal, pese a haber sido beneficiado con el
programa estatal de créditos Reactiva Perú.
- El diario Correo
prescindió de varios de sus corresponsales regionales y redujo el número de
páginas en la edición de algunas provincias.
- La Corporación
Universal, que cuenta con los diarios Exitosa y Karibeña, así como radioemisoras
y canal de televisión, adeuda meses de salario y beneficios sociales
postergados.
Esto ha desencadenado
que 400 puestos de trabajo se perdieran durante la cuarentena.
"La pandemia
puso en evidencia la vieja precarización del sector”, dijo en una oportunidad Zuliana
Lainez, secretaria general de la ANP. Y es bien cierto, la grave crisis
sanitaria ha golpeado fuerte a este gremio.
Entonces, tenemos
que no solo el personal médico ha estado en la llamada primera fila durante la
pandemia del COVID-19. También los periodistas
se han expuesto para informar sobre la crisis sanitaria, incluso a riesgo de su
propia vida.
Enfrentar retos y asumir una visión global
Una vez que
tenemos los antecedentes y el contexto, nos preguntamos
¿Cómo enfrentar
los nuevos retos post COVID-19?
¿Cuál es el nuevo
perfil del periodista post pandemia?
Diversos retos y
reflexiones ha dejado en los medios y en los periodistas el virus y,
definitivamente, debemos aprender la lección.
La “nueva
normalidad” nos muestra innovadoras formas de presentar una información veraz
en medio de tantas noticias falsas y confusiones causadas por personas en
particular, redes sociales e inclusive medios que generan una gran nube gris y
más preguntas que respuestas.
Y no es para
menos. La Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, nos indica que “la forma de
enseñar y, por ende, de aprender periodismo ha cambiado. Más aun en la actual
época de pandemia, que ha transformado al mundo.
Ahora, las
empresas periodísticas necesitan con urgencia de profesionales con una visión
global de la industria, que entiendan sobre la composición de las audiencias, investigación,
interpretación de datos, que no solo se
integren a un flujo de trabajo multimedia sino que, también, contribuyan a la
rentabilidad de los medios”.
Aquí, hago
hincapié en dos aspectos que nos deja esta reflexión de la SIP. “La forma de
enseñar periodismo, de aprender periodismo”. No podemos seguir enseñando en
nuestras escuelas profesionales el periodismo que se ejercía hace unas cuantas
décadas. Esto, porque la forma de dar y recibir información ha sufrido un
radical cambio, con una complicada relación entre periodismo y plataformas
digitales.
Entonces, los
formadores de periodistas somos los
principales llamados a actualizarnos, a formarnos acorde a la nueva era de la
información y no pretender seguir enseñando a los alumnos un periodismo que ya
no existe. Esa es la cruda realidad y debemos afrontarla con profesionalismo.
Nuevas formas de formar periodistas
Hay otras
preguntas que responder:
¿Qué están
haciendo las universidades?
¿Están
produciendo las escuelas de periodismo el tipo de profesionales que necesitan
los medios?
Al menos, ¿Están
trabajando en nuevos programas de formación de periodistas y editores?
Al respecto, hay que
destacar un paso previo que dio el Consejo Latinoamericano de Acreditación de
la Educación en Periodismo (CLAEP) a finales de agosto de 2020. Directores,
coordinadores y académicos participaron en la presentación en línea de la
Cátedra CLAEP, bajo el título “El reto de enseñar periodismo emprendedor en las
universidades”. Al evento nos conectamos más de 300 interesados en la calidad
de la enseñanza del periodismo en tiempo de pandemia y post pandemia. El modo
virtual resultó apropiado para satisfacer el escenario de dos vías: la
enseñanza y el aprendizaje.
Entre las
conclusiones de la cátedra CLAEP, la directora ejecutiva del Consejo
Latinoamericano para la Acreditación en la Enseñanza de Periodismo (Claep), Susana
Mitchell, reflexionó en el hecho de que “La pandemia desató una crisis mundial,
en varios aspectos y áreas de la vida… Nos invita a repensar los antiguos modos
de enseñar y aprender periodismo. Nos pone frente a miles de disyuntivas. Hay
mucho por hacer”.
Y así el consejo
asumió el reto de próximos encuentros para trabajar en este importantísimo
tema. Por consiguiente, debemos atender ese llamado a repensar y a no quedarnos
en antiguas maneras de enseñar y aprender en esta profesión.
Por otra parte, un
panel de editores, periodistas, directivos y académicos analizó a fondo este
tema en SIP Connect Online, un evento anual organizado por la Sociedad
Interamericana de Prensa y que contó con la participación de más de 450
personas.
Entre las
conclusiones y propuestas para mejorar el perfil del egresado de las
universidades destaca: “Poner el acento en la enseñanza del periodismo
emprendedor, en el periodismo de soluciones, el periodismo constructivo.
Incorporar los temas de salud, ciencia y medio ambiente a los planes de
estudio; así como la interpretación de los datos que se vinculan a dichas
temáticas”.
En consecuencia,
tomo textualmente la propuesta de la SIP y quiero que pongamos el acento bien
grande en el tema.
Particularmente, me
inspira el tema del periodismo emprendedor porque considero que debe ser y es
un eje transversal de todos los cursos que los docentes dictamos en la
formación de comunicadores y como tal lo he asumido.
Por ello, la
experiencia con el emprendimiento de mi marca personal María Luisa Marketing de
Contenidos me llena de tantas satisfacciones. Y es que me ha permitido un
cúmulo de aprendizajes y conocimientos que aplico y pongo día a día a
disposición de mi audiencia y de mis alumnos en esa hermosa y apasionante tarea
de enseñar.
Sin embargo,
todavía existen quienes se preguntan qué relación tiene el emprendimiento con
el periodismo. En realidad, ese tema abarcaría otro artículo e, incluso,
escenarios de discusión que se tienen que dar en nuestras escuelas de
comunicación.
De hecho, la SIP
llega a esta conclusión que más propicia imposible: “La pandemia desató una
crisis mundial. Apura a repensar los antiguos modos de enseñar y aprender
periodismo. Empuja las dinámicas de cambio que ya están en marcha. Deja a los
que enseñan, los que aprenden y los que dan empleo frente a miles de disyuntivas.
Y es, en ese panorama incierto, sin horizontes, donde suelen germinar los
renacimientos. Es probable que allí se esconda el periodista post pandemia que
andamos buscando.“
Precisamente, en
ese panorama que la SIP llama incierto, tenemos que trabajar, tenemos que buscar
los horizontes que nos permitan garantizar el ejercicio de la profesión
periodística post pandemia.
Reflexiones y propuestas
El controversial
tema del ejercicio profesional en la “nueva normalidad”, nos deja varias
reflexiones y propuestas.
En primer lugar, debemos
volver a los fundamentos del periodismo. De nada sirve comprender métricas o
“analytics” (Google Ads, FB Ads, IG Ads, el Google Analytic de la web) si el
servicio ofrecido no es de calidad, responsable y veraz.
En segundo lugar,
y no menos importante, conocer en profundidad los intereses de las audiencias
desde lo cualitativo, no tanto desde lo cuantitativo (aunque las métricas sean
importantes). Responder a la interrogante ¿Para quién escribimos?, es de vital
importancia.
De esta manera, es
perentorio formar un periodista más humano, que no solo tenga un perfecto flujo
de trabajo multimedia y que maneje los distintos formatos. El nuevo comunicador
debe ser capaz, además, de crear su propia marca, más allá de aportar a la
rentabilidad de algún medio.
En concreto,
debemos preparar a un periodista innovador, creativo, de mente abierta, que se
anime a hacer las cosas de un modo diferente. Un servidor de la sociedad, porque
sí, hacer periodismo es dar un servicio; un profesional que brinde las
garantías necesarias a su audiencia y que lo desvele más la calidad de la
información que la cantidad.
Oportunidades y metas
Si bien es cierto
que la peste cambió a la humanidad entera, también debemos reconocer que nos
puso frente a grandes oportunidades y metas que alcanzar:
Subirnos a las
actuales dinámicas del cambio, en todo lo vinculado con enseñar, aprender y
trabajar en forma conjunta y colaborativa con medios, profesores, directivos,
estudiantes y audiencias.
Enseñemos a escribir
buenas historias, profundas, humanas, verdaderas, que expliquen lo complejo del
mundo y logren fidelizar cada vez más nuestras audiencias.
Aprovechar las
herramientas que tenemos para humanizar y hacer más efectivo el ejercicio
profesional: la redacción digital, la redacción SEO, el copywriting y el
storytelling no deben ser ajenos a nuestro ejercicio profesional y nuestras
estrategias de aprendizaje en las escuelas de comunicación.
Y es que,
definitivamente, y a manera de conclusión, no hay duda de que tenemos dos
opciones: Innovar o morir profesionalmente.
Enseñar y
aprender periodismo cambió para siempre
Debemos
prepararnos y formar a nuestros alumnos para el nuevo perfil del periodista
post pandemia
Tanto la academia
como la industria de la comunicación y el periodista mismo deben sobrevivir al
COVID-19, a las fake news y a la falta de confianza en el oficio.
No es tarea
fácil, pero sí urgente. Empecemos a trabajar en ella.